El judo como arte marcial que es nos ofrece algo más que el resto de deportes a la vez que nos pide un plus a quienes nos consideramos o aspiramos a ser judokas.
Más allá de sus normas de etiqueta (saludos, el respeto a los maestros, etc.), el judo tiene un código moral, unos valores que todos debemos conocer y aplicar dentro y fuera del tatami, es por ello que se habla del judo más que como un deporte, como una escuela de vida.
El judo nos enseña y exige a todos y todas las judokas comportarnos acordemente a su código moral.
Cortesía: respeto a los demás.
Coraje: hacer aquello que es justo.
Sinceridad: expresarse sin disfrazar lo que realmente se piensa.
Honor: ser fiel a la palabra dada
Modestia: hablar de uno mismo sin orgullo
Respeto: sin él no puede existir la confianza.
Autocontrol: es saber controlarse en situaciones críticas, saber callar cuando sube la ira.
Amistad: el más puro de los sentimientos del ser humano.